Mis hijos tienen un papá maravilloso que en las mañanas aprovecha hasta el momento de cepillarse los dientes para jugar con su bebé recién despertado, que llama cada tarde a la hora que busco a los Pirulingos al colegio para hablar con ellos y saber cómo les fue, que sabe sus programas favoritos y las canciones que más les gustan, que los lleva al fútbol y los ayuda a mejorar en natación, que le encanta bañarse con los 3, que les inventa juegos que siempre son sus favoritos, que les pide que lo ayuden a cocinar arepas los fines de semana por la mañana y hace la carne más rica en su parrilla.
Yo tengo 4 hermanos y un cuñado que son unos papás increíbles, que conocen y acompañan a sus hijos en todo, que disfrutan su rol de papás con alegría y el mejor humor, que se arremangan y comparten las labores y bañan y cambian pañales. Que les cantan canciones de cuna y les enseñan todo tipo de música, que son el mejor ejemplo para ellos seguir.
Hoy se celebra el día del padre y mis redes sociales estaban abarrotadas de papás celebrados el día de hoy, por sus esposas, por sus hijos agradeciéndoles ser los mejores del mundo.
Yo veo la paternidad que me rodea y me encanta lo que veo.
Lo noto en los padres de los amigos de los Pirulingos, los esposos de mis amigas y mis amigos del colegio o la universidad, están por todas partes, me siento rodeada por una nueva generación de padres que hace más pero que sobre todo parece que sin duda lo disfruta enormemente. Voy al parque y me los encuentro, jugando y enseñando a sus pequeños. Los reconozco en los actos del colegio de mis hijos y en los partidos de futbol que esos mismos papás voluntariamente dirigen. Los veo en el supermercado comprando pañales y compota.
Los leo en blogs de paternidad haciendo orgullosos los mejores peinados a sus hijas y con el pecho inflado acompañando a sus hijos a cumplir sus sueños.
Los tengo en mi casa, en mi familia, en mi Facebook y en mi Instagram, en el colegio, en la piscina de la urbanización. Estoy rodeada de ellos cuando nos reunimos con amigos o llevo a los Pirulingos a alguna fiesta… No pasan desapercibidos, me rodean y yo noto su presencia, su amor y su dedicación.
La paternidad es tan importante y aporta tanto en la vida de nuestros hijos que me encanta ver lo que veo y reconocer tanta entrega. Los papás no son mamás y en la medida que lo reconozcamos y en vez de pretender hacer las cosas igual juguemos en equipo para complementarnos, nuestros hijos serán los principales beneficiados.
Yo veo los papás que me rodean y veo una paternidad cercana, amorosa y presente, muy presente. Veo gozo y ganas de ser mejores, veo risas y ojos iluminados, veo acompañamiento y esfuerzo, veo muchas muchas risas y niños viendo hacia arriba teniendo ejemplos qué seguir.
Y de mejores madres y mejores padres tienen que salir mejores hijos: por eso lo que veo me llena de alegría y sobretodo me llena de esperanza!
Feliz día del padre a todos los padres maravillosos que me rodean
Lindo, muy lindo!!