A Oliver Jeffers siento que lo conocimos tarde, es decir, descubrí sus cuentos cuando Eugenia tenía como 1 año. No sé cómo se nos había escapado. Fue un amor que llegó tarde pero firme y tenemos muchos de sus cuentos y todos nos encantan: Perdido y encontrado, El día que los creyones renunciaron, Arriba y abajo, De vuelta a casa… y precisamente por el cumpleaños de Andres Ignacio le acaban de regalar El día que los creyones volvieron y ya nos tiene atrapados.
Son cuentos sencillos, con ilustraciones simples pero no por eso menos encantadoras. Son historias infantiles con mensajes contundentes que se esconden en esa sencillez. Para mí son una representación perfecta de las cosas como las piensa y las hace un niño, con esa lógica infantil que a veces resulta imbatible, con la inocencia que los cubre, con la fidelidad por los amigos que los caracteriza, con la determinación de cumplir sueños que tenemos en la infancia y ojalá nunca perdiéramos.
Y precisamente de esa determinación habla el cuento que traemos hoy: Cómo alcanzar una estrella. Andres Ignacio dice que es su versión de el Margarita de su hermana porque ambos desean tanto una estrella que hacen hasta lo imposible por conseguirla. Este niño de piernas de palillo y camisa de rayas al final también la consigue, de una manera muy dulce y especial que lo deja totalmente satisfecho.
Y el disfraz fue muy fácil de hacer, seguro no es uno que cualquiera reconocería en la calle, pero es uno que nos divertimos mucho haciendo juntos: le pegamos tiras de scotch tape rojo a una franela blanca, y dibujamos y pintamos con spray una gran estrella… más nada, así de fácil pero muy significativo.
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