En estos días he pensado que de llegar a conocer a alguien que luego de la presentación me preguntara: y tu qué eres? Qué haces?, tendría que pensar bien antes de responder.
Probablemente mis circunstancias actuales me harían responder que soy mamá a tiempo completo y bloguera de hobby! Pero, aunque fuera de ejercicio, sigo siendo Comunicadora Social y Especialista en Mercadeo.
Y también soy Traductora. En principio estudié traducción escrita español-ingles / ingles-español, pero últimamente me descubrí traductora de un nuevo lenguaje: El llanto!
El llanto en los adultos es una manifestación de un sentimiento (alegría, tristeza, dolor). En los bebés es un lenguaje con todas sus características, todo un conjunto de señales que dan a entender diferentes cosas.
El llanto en los bebés, dada su vulnerabilidad, la responsabilidad en nuestros hombros, la ignorancia primeriza, los miedos, los tonos altos y continuados; suele ser de las situaciones con mayor capacidad de alterarnos: ponernos nerviosos, entrar en pánico, no saber qué hacer, desesperarnos…. hasta querer salir corriendo a pesar que la criaturita que esta llorando sea lo que más amamos en la vida!
En mi caso sucede que con Andres Ignacio todo mi tiempo era suyo, así que si empezaba a llorar yo solo debia avocarme a la tarea de descifrar la causa del llanto y solventarla para que parara. Con Eugenia es diferente por su naturaleza de segunda hija, porque mi tiempo esta dividido entre ella y su hermanito, porque a veces comienza a llorar y yo no puedo parar lo que esté haciendo para hacer que deje de hacerlo, porque puede que pasen algunos segundos, o minutos antes de yo poder atenderla. Lo mismo pasa ahora con AI que ya no goza de la hegemonía en esta casa. Eso es algo que he tenido que aprender y aceptar entendiendo que soy una, que no me puedo dividir, y que al segundo que los atiendo todo mi amor y mis cariños compensan esos momentos de llanto.
Eso desde la perspectiva de ellos…
Desde la mia es así: El llanto se contagia, lloran al mismo tiempo, escuchar al hermano llorar hace que sea divertido unirse y hacer la segunda voz y ahí estoy yo en medio de ese concierto intentando no perder la calma.
Un bebé es una cosita preciosa, dulce, tierna y que inspira dosis infinitas de ternura, pero su tamaño es inversamente proporcional a su capacidad de llorar con la mayor agudeza por tiempo indefinido!
Entonces he cultivado la tolerancia al llanto, desarrollando una técnica de traducción que quiero compartir con ustedes:
Cuando Eugenia llora y es difícil descifrar la causa, o lo hace sin calmarse aunque la cargue, o no puedo atenderla inmediatamente (y pongo de ejemplo a mi chiquitinga porque es la chiquita de la casa, porque sus pulmones son fuertes y porque ya Andres Ignacio, a veces, dice por qué llora y también a veces se puede argumentar con él), trato de visualizarla (y de verdad cierro los ojos) verbalizando la posible causa de su llanto… En vez de pensar “y ahora por qué estará llorando?” o “Dios mío por qué nada la calma?” me la imagino con sus inagotables ojitos dulces diciendo “mami, quiero que me cargues” o “mami, estoy aburrida”, o “mami, me siento incómoda, me cambias de posición por favor” o “mami, quiero que juegues conmigo”… incluso hay una voz en mi mente asignada a Eugenia, que aun no habla, pero es como me la imagino tiernamente diciendo sus primeras palabras!
Basta con hacerlo y todo cambia! Traducir el llanto en esas dulces peticiones hace que ya no sea desesperante, hace que no importe que la tenga que mecer un rato más, hace que no me desespere, que lo vea desde otra perspectiva más llevadera y más compatible con la dulzura de su presencia en mi vida!
Es sencillo de aplicar y altamente eficaz.
Es aplicable en cualquier ocasión.
Es reconciliador con la propia maternidad, que no tiene reglas ni manual de instrucciones
Si lo aplican y les resulta, me cuentan!
Publicado el 17 de octubre de 2011