Ayer fue Thanksgiving, una fiesta que he aprendido a apreciar y que me regala otra oportunidad de dar gracias, porque la verdad es que no es poco lo que tengo que agradecer!
Pasamos el día con amigos que conocemos desde hace poco pero parece que fuera de toda la vida, con los Pirulingos disfrutando el juego y la compañía también de sus pequeñas amistades que en verdad son enormes y estoy segura seguirán creciendo. Uno a veces da por sentado que los pequeños son fáciles de hacer amigos porque a veces así es, pero desde chiquitos existe la química y la simpatía y cuando tus hijos se hacen verdaderos amigos de los hijos de tus amigos es un éxito porque esas dobles amistades se disfrutan y agradecen.
El día de Acción de gracias puede ser un día cualquiera de reunirse y no ir al colegio o a trabajar, pero realmente es una oportunidad, es un recordatorio para parar y agradecer, contando las bendiciones en nuestras vidas, las pequeñas y las grandes… e incluso algunas dificultades que nos han enseñado mucho, que nos han fortalecido o han aumentado nuestra fe.
Mi lista sigue siendo enorme y eso es lo primero que agradezco, que sea tan fácil saber qué agradecer, que no tenga que buscar y rebuscar razones porque están a la vista y son tan palpables que es muy fácil enumerarlas, contarlas y sentirme bendecida por cada una de ellas: mi familia, mis hijos, mi matrimonio, la salud, el trabajo, las sonrisas, la paz y la armonía de mi hogar, sobrinos que se ponen grandes, sobrinos pequeños y otros en camino, hermanos para compartir así sea en la distancia, la memoria y lo que escribo en este blog, las reuniones, la educación de mis hijos, las abuelas de los Pirulingos que las veremos pronto, navidades en familia, oportunidades de conocer otros lugares, de explorar, la presencia de Dios en nuestras vidas y el recordatorio diario de SUS bendiciones.
Pero ayer hubo dos razones que se afianzaron en mi lista, que de repente las vi con resaltador y sobresalieron sobre algunas otras.
Agradezco la capacidad de dar vida. Agradezco que mi cuerpo fue capaz 2 veces de concebir y formar a mis 2 hijos, que nacieron sanos, que pude parirlos y amamantarlos. Dar vida es un milagro, uno que me sigue maravillando y que agradezco con mucha fuerza porque aunque sucede todos los días, a veces también es motivo de lucha y un gran reto para muchas familias. Agradezco que ahora mi vida se centre también en la existencia de otras personas porque eso me ha enseñado desapego, generosidad, compasión y sobre todo me ha acercado a Dios porque mis hijos son la prueba más grande de que él existe.
Y agradezco la perspectiva que me regalan mis Pirulingos, su mirada inocente que me ayuda a tratar de ver el mundo desde sus ojos que lo ven todo más bonito, más dulce, más fácil, más divertido, más sencillo… Tenerlos a ellos es el mejor recordatorio para agradecer lo pequeño, los detalles, las cosas simples, los placeres sencillos… Tenerlos a ellos es poder maravillarme con lo que a veces parece evidente, es poder detenerme en un día como ayer y darme cuenta que tengo mucho qué agradecer y que quiero enseñar a mis hijos a hacerlo, devolviéndoles el regalo de saber siempre apreciar las cosas lindas de la vida, esas que ellos saben ver muy bien con sus ojitos iluminados!
Espero que todos hayan tenido un lindo día de acción de gracias, los que lo celebran y los que no, y que sean muchas las cosas qué agradecer en sus vidas.
Feliz fin de semana!