Andrés Ignacio acaba de cumplir 3 años y desde ya Andres y yo (que sólo lo tenemos a él como referencia) nos impresionamos lo fluido que habla en inglés y español, la claridad que tiene de la presencia de ambos idiomas, la capacidad de diferenciación e intercambio entre los dos y la pronunciación perfecta del inglés, tanto que a veces parece que cuando repite una palabra que le decimos, dijera otra palabra distinta… él la dice como debe ser y como debe sonar!
Su vida transcurrió en casi completo español hasta los 2 años, y a esa edad ya tenía un vocabulario extenso para su edad, totalmente en español más el eventual “hi”, “bye” y “thank you” que aprendió solito de los saludos en el ascensor y en la calle.
Entonces entró al colegio y el inglés comenzó a ser parte de 3 horas y media de su día, de lunes a viernes… Y poco a poco se fue abriendo camino… en palabras, canciones y frases como “no way” que seguro le resultaron pegajosas.
En la casa siempre hablamos español e incluso intentamos que en vez de ver TV, vea películas que ponemos habladas en castellano… pero es difícil evitar los amores con personajes de series y comiquitas y esas las ve en inglés…
Luego de algunos meses comenzó a decir “nou”, e incluso a decir palabras que ya sabía pronunciar en perfecto castellano diciéndolas como las diría un gringo… “coucoudrrilou” decía, y nos moríamos de la risa!
Créanme que este proceso del lenguaje en general a mi me tiene fascinada y por eso es algo que detallo intentando entender cómo va desarrollándose en las cabecitas de los Pirulingos, tratando de descifrar las conexiones que se van creando, esforzándome por interpretar la secuencia de sus palabras, las pausas, la pronunciación… es algo que me encanta y me maravilla y no lo quiero perder de vista.
Entendiendo que por ahora nos toca criar 2 hijos mitad gringos, sabemos que puede ser cuesta arriba que sientan/quieran y piensen en perfecto español, pero Andres y yo sentimos que simplemente no tenemos opción. Porque no queremos ni imaginar el escenario de la mala comunicación con sus primos en Venezuela… o la falta de palabras de amor espontáneas para sus abuelos. Además, yo soy una enamorada de mi idioma y me encanta el español y hasta podría decir que mi corazón casi casi que no sabe hablar inglés.
Lo gracioso y pintoresco es que Andres Ignacio, aparte de la eventual palabra que se le sale en inglés, sabe que en la casa se habla español y así lo hace intuitivamente… pero cuando su cabecita y su mente comienzan a imaginar, a jugar, a divertirse, se dispara el inglés de manera inmediata.
Comenzó en el parque. Nos dimos cuenta que se acercaba a los niños y de una vez les decía “hi, I’m Andres” y así seguía en inglés… el juego, el parque, los otros niños, la calle eran terrenos que no le correspondían al español…
Pero luego se apoderó del juego incluso en la casa… no si juega conmigo, pero si lo hace con su hermana o si está jugando solo, imaginando e inventando situaciones, todas se desarrollan en perfecto inglés… cuando es así, incluso balbucea en inglés, como un “wachu wachu” elaborado que tiene razón de ser…
Entonces yo pienso…
Será que me tendré que acostumbrar a la idea (como mucha gente me ha advertido) que los Pirulingos entre ellos hablarán en inglés? o será que podremos hacer prevalecer el español incluso entre ellos?
Si estoy enseñándole letras a Andres Ignacio en la casa, reforzando las del colegio o intentando algunas nuevas, lo debo hacer en español?… O sería confundirlo como cuando me dijo hace poco que A era de Avión, de Andres y de Manzana!!!
Si logramos que los Pirulingos hablen y entiendan perfectamente el español y sea siempre el idioma de esta casa, cómo haremos para que lo lean y lo escriban, para que les pertenezca totalmente… Porque no me los quiero imaginar “analfabetas”… al ponerlo en esos términos me pesa demasiado esa palabra!
La respuesta es: no lo sé!
Por ahora seguimos y seguiremos hablando español porque no queremos hacer otra cosa, porque es el idioma de nuestro corazón y es muy lindo escucharlo de boca de estos Pirulingos…
Y al mismo tiempo seguimos maravillados de cómo se desarrolla el lenguaje en estos chiquitines, en inglés, en español… porque no sabemos lo que el destino en este mundo globalizado tiene para nosotros y si ellos finalmente ganan estos 2 idiomas nos sentiremos satisfechos!
Publicado el 7 de noviembre de 2012
Carlota que bonito escribes…me encanto! Que bueno el ejemplo de la A para la manzana. Creo que todas sentimos la misma preocupación pero lo que hasta ahora hemos logrado tiene un valor inmenso. Sigamos adelante! un abrazo.
Señito, no había visto esto. Gracias! La verdad si, yo lo tengo muy claro, el español es un regalo de vida que les doy pero hay que tenerlo presente cuando la cosa se ponga más complicada! Me encantan tus consejos!