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Hace meses no se ve en esta casa… algunos lo llaman orden, otros rutina, de cualquier manera dicen que a los niños les cae muy bien, que incluso duermen mejor y más largo en su presencia…

A nosotros se nos escapó en la mudanza, se escondió entre las cajas y no lo hemos encontrado desde que llegamos a la #casitanueva.

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No está en mi cuarto, ni en mi closet; de eso estoy segura… en las mañanas hago las camas de los Pirulingos a ver si lo atraigo, pero ya a mediodía se sabe que no está por allí…

En el estar estoy segura que no está: no podría acercarse a tanto juguete regado por el suelo… y en los closets ni lo busco porque entre tantos peroles sin puesto, no creo que logre sentirse cómodo.

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Parece que no se lleva bien con las vacaciones que llegaron a visitarnos y por eso no quiere quedarse aquí mientras ellas sean las que reinen… También he escuchado que cuando sabe que hay viaje, sale corriendo porque tampoco es su mejor amigo.

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Mientras estábamos en Brasil mi mamá creyó haberlo visto, sintió que le tocó la puerta y que rondaba la casa buscando un agujero de entrada, pero las maletas a nuestra llegada parece que lo espantaron de nuevo y no encuentro ni sus huellas para seguirle la pista…

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Lo estoy buscando pero no lo encuentro, simplemente no está cerca…

Habrá que llamarlo fuerte, hacerle señales de humo para que reconozca el camino.

Habrá que colar café a ver si el aroma lo atrae…

Tendremos que retomar el horario, la estructura, para que se sienta a gusto.

Nos tocará encontrar un sitio para cada cosa en este espacio nuevo para que entienda que puede vivir con nosotros.

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Orden, rutina, estructura: si lees esto ven a mi casa, allí te estamos esperando!

Pd: La rutina!