Parece que fue hace muchísimo, pero apenas hace un mes regresamos de nuestras vacaciones y yo continúo narrando y recordando nuestros paseos.
Luego de pasar un día en Sunriver – Oregon haciendo rafting y disfrutando los bosques de pino, nos montamos de nuevo en el carro y rodamos hasta Crater Lake Park, un parque nacional centrado en el remanente del volcán Mount Mazama así como las montañas y bosques que lo rodean.
El lugar nos lo habían recomendado y nos alejamos de Portland unas cuantas horas de camino precisamente porque queríamos aprovechar de disfrutar las bellezas naturales de la zona, y no nos arrepentimos.
El crater del antiguo volcán es un lago con agua de un azul con una intensidad nada común, y las montañas que lo rodean se reflejan en el agua haciendo que parezca un espejo natural… Es impresionante su tamaño, lo majestuoso que se presenta entre bosques de pinos y la sensación de calma y tranquilidad que transmite ese azul intenso!
Pasamos el día en el parque, recorriendo todos lo miradores alrededor del lago, haciendo un picnic entre los pinos y descubriendo rutas de hiking aptas para toda la familia.
Los Pirulingos lo disfrutaron muchísimo, íbamos a su ritmo pero la sensación de aventura los mantenía emocionados y las vistas son tan espectaculares que hasta a ellos les sacaban suspiros y exclamaciones!
Se Pararon mil veces a recolectar palitos o piedras en el camino que guardaban como grandes tesoros, hicieron fila india para pasar un pedazo de camino un poco más estrecho, e incluso Andres se los llevo a lo alto de una montaña desde donde gritaron abriendo sus brazos mientras yo les tomaba una foto con el corazón en la mano!
Andres subió primero solo, y al regresar quería que subiésemos los 4, pero yo no tenía zapatos apropiados así que le propuse que fuera él con Andres Ignacio y Eugenia, sabiendo que él lo consideraba seguro. El camino parecía más escarpado y peligroso en la distancia de lo que era al ir andando pero igual, desde lejos no pude evitar sentir el pecho apretado mientras rezaba cámara en mano para que regresaran rápido a donde yo estaba. Se me hizo eterno el trayecto y aunque siempre los veía e incluso escuchaba las voces de emoción de los Pirulingos, no podía evitar que mi mente volara imaginando posibles catástrofes…
Son esos miedos de las mamás que a veces son inevitables, pero que muchas veces tenemos que disimular, tragar grueso y rezar en silencio porque no podemos privar a nuestros hijos de las situaciones maravillosas que pueden experimentar porque nos causen temor…
Al final del día volvimos a tomar la carretera vía Portland con los ojos llenos de paisajes hermosos y los corazones llenos de momentos especiales que esperamos que las pequeñas cabezas de los Pirulingos sepan recordar… y si al pasar los años su memoria no puede retroceder hasta estos momentos, siempre estarán estas fotos para recordarles estas aventuras y estas experiencias que van formando las personitas en las que ellos se convertirán…
Porque de estos momentos de familia, naturaleza y experiencias vividas juntos; se construye nuestra felicidad!
Feliz fin de semana!
Pd: precisamente hablando de la memoria de los niños y nuestras vacaciones 2013 en New Orleans
Qué sitio mas precioso, una pasada! A Lola también le encanta recolectar piedras, palos, hojas… Jejej las fotos son preciosas y parece que habéis pasado una experiencia preciosa x
Mi Carlotica!!!! Que lugar tan maravilloso, los paisajes son increíbles y como siempre tus fotos me encantan. Un gran abrazo!!
Saludos
Heidy
Heidy querida! besos y abrazos! siempre me saca una sonrisa encontrarte por aquí!!