Hay decisiones que se llevan gestando toda una vida, probablemente esta es una de esas…
La decisión de operarme el estómago para combatir la obesidad es consecuencia de muchos años de vivir, convivir y sobrevivir el sobrepeso…. es la consecuencia de una lucha eterna contra mi composición y mi metabolismo… y a pesar de todo eso, cómo me costó decidirme.
Me costó no poder hacerlo en Venezuela, no solo porque mi mamá pudiera consentirme en el post operatorio, sino porque habría sido mi papá, el mejor cirujano de vías digestivas que conozco, quien hubiese estado a cargo. Me costó entender que mi realidad y la de mi país no eran compatibles para poder hacerlo allá…. Me costó pensar que podría ser aquí, que podría sortear las cláusulas del seguro para ver si lo cubriría o si podría haber una forma de pagarlo si el seguro no lo hacía.
Pero sobre todo me costó asumirlo, aceptar que era una opción para mí, que no era el camino fácil y que no significaba derrota y mucho menos falta de fuerza de voluntad.
De alguna manera pensar en la operación me hacía sentir que no había podido, que me habían ganado la batalla, la batalla de tantos años que tenía contra mí misma, contra el espejo, contra la balanza…
Y no podía comenzar este camino hacia la salud, hacia el bienestar y hacia la reconciliación, estando en guerra.
TENIA QUE HACER LAS PACES…
Las paces con todos los intentos fallidos
Las paces con las dietas
Las paces con la talla de mi ropa
Las paces con el espejo
Las paces con las etiquetas
Las paces con un número que no me define
Las paces con el cómo me verán los demás
Las paces con la ropa en mi closet que no me queda
Las paces con la balanza
Las paces con la actividad y el ejercicio
Las paces con las fotos
Las paces con el discurso interno que solo escucho yo en mi cabeza
Por eso la decisión de operarme llegó cuando había hecho las paces, cuando había superado inseguridades, cuando había desafiado miedos y llegó el coraje de tomar la decisión.
Entendiendo que lo que venía era un camino de crecimiento y transformación, de retarme y hacer lo que siempre me ha costado más y asi reafirmarme que de fácil no tendría nada, ni en lo físico ni en lo emocional…
Pero que yo estaba lista!
Y entendí que la decisión no llegaba como un FINALMENTE, sino que al contrario, ERA SOLO EL PRIMER PASO.
Pd: Este es el primer post de una serie que deseo escribir sobre todo el proceso de hacerme una Manga Gástrica. La decisión de operarme la tomé en agosto de 2020, me operé el 7 de abril de 2021.
Me encanta Carlota. Todo aquello que te de paz, es válido y necesario. ❤?
Excelente por ti, por tu bienestar, por tu amor propio. Felicitaciones!