Desde hace año y medio eres mi compañero inseparable (y antes de eso 9 meses dentro de mí igual haciéndome compañía)… estás siempre ahí a mi lado, cuando duermo, cuando trabajo, cuando hago diligencias… Mis mañanas eran tuyas y era el tiempo para jugar contigo, para darte baños largos y para aprovechar tus siestas y mejorar ligeramente mi productividad. Cocino contigo a mi lado, escribo contigo rondando el lugar en el que esté, intento aprovechar cuando te amamanto para desconectar y ya sabes que si me voy, apenas despiertas y me llamas, llego enseguida a buscarte.
Yo estaba lista para separar los tiempos, me pareció la manera perfecta de acercarme a un balance en el que cuando estoy contigo te pueda dedicar más y mejor tiempo y de la misma manera pueda avanzar con mi trabajo sin que me consuman los trasnochos. Son solo dos días que no serás mi pequeña sombra, aún serás mío los otros 3 porque sinceramente buscaba un balance pero no estoy lista para dejarte ir completamente, no todavía.
Te dejé en tu salón y te quedaste contento y yo sabía que un poco más tarde te darías cuenta que no estaba allí y podrías llorar, tu maestra me confirmo que así fue pero que enseguida viste una figura de elefante y corriste llamando «efante, efante» haciendo el movimiento de la trompa con tu mano. De repente esta mañana sentiste que te di más besos de los muchos que siempre te doy, pero al llegar al salon, solo me despedí y salí, suspiré y sentí el escalofrío que me acompaña cada vez que siento que creces inevitablemente. Me fui feliz y segura aunque muy nostálgica y las horas me rindieron para avanzar de una manera que no es posible si estas conmigo.
Pero me faltaron risas, me faltó ternura y me hiciste falta como si no tuviera un brazo. Rarísimo el carro sin verte por el retrovisor, sin cantarte y hacerte muecas por el espejo. Rarísima la casa sin el sonido de tus pasitos apurados, tus caídas y tu vocecita aguda que me alegra la vida. Hoy comenzamos esta rutina que se entremezclará con la otra de tenernos todo el día. Yo aprovecharé los martes y los jueves para adelantar lo más que pueda mi trabajo, mis ideas y mis proyectos y tu irás a un salón lindisimo a encontrarte con amigos, a jugar y a aprender a estar sin mi, como yo también aprendo a hacerlo todo sin que tu me acompañes.
Lo que pasa es que a las cosas lindas nos acostumbramos fácilmente y estar contigo y volver a tener un bebé es de lo más lindo que me ha pasado. Estoy tranquila y contenta con esta nueva etapa pero te extraño mucho porque significa que se me acaba la etapa de tener un bebé a mi cuidado todo el día, significa que creces y seguirás creciendo, significa que vas a aprender cosas y no habré sido yo quien te las enseñe, significa que seguirás descubriendo el mundo y ya no solo de mi mano.
Hasta que llegue la hora de buscarte y me recibas con la sonrisa más grande, lo ojitos iluminados y la dulzura enorme llamándome con voz entrecortada de la emoción «mami, mami, mami»y me recuerdes que dejar de vernos nos regala el inmenso placer de reencontrarnos y de sentir la felicidad acumulada de darte otro abrazo apretado y muchos, muchos besitos!
hermoso !!sublime amor de madre,me hizo llorar de emocion !es asi nomas ,debemos enseñarles a estar sin nosotras
es para su bien y un respiro para vos ,que hay dos mas y marido besos
Nuevamente me haces llorar, así se siente estar sin mi Gustavo. Un abrazo. Pero toca dejarlos en el colegio.¡
En estas perlas te encuentro hija amada. Dios te bendiga