Este año para Halloween nos disfrazamos en familia. Teníamos tiempo queriendo hacerlo, elegir un disfraz en el que todos entráramos y desde la fiesta de Andres Ignacio del año pasado estuvo muy claro que sería de Star Wars.
Andres es muy fan y ese gusto se lo ha sabido transmitir a Andres Ignacio Y Eugenia que conocen detalles de los personajes y películas y saben mucho del intrincado mundo creado por George Lucas.
Además resultaba un disfraz perfecto porque todos teníamos lugar: Darth Vader y La reina Amidala y sus hijos Luke y Leia. Sinceramente los Pirulingos llevan meses esperando este momento de convertirnos todos juntos en esta familia, de recrear los personajes, de salir juntos a hacer track or treat y que nos reconocieran. Pero lo mejor siempre es verles las caras de asombro al vernos a Andres y a mi disfrazados, con máscara y maquillaje como sin reconocernos, o sabiendo que somos nosotros pero aún asombrados de nuestros nuevos personajes. Eugenia no deja de tocarme la cara con una carita de sorpresa que terminó en una solicitud de que le pintara sus labios de rojo, porque ella era una princesa guerrera y también podía usar pintura de labios!
Además vino mi hermano que ahora vive en Austin y esto de volver a tener familia cerca como la tuvimos en Nueva York, esto de ver a mi sobrina frecuentemente y poder pasar un fin de semana juntos y que los primos compartan me hace muy pero muy feliz.
Nuestra urbanización no es muy entregada a Halloween: ni se ven muchas casas decoradas ni mucha acción de trick or treat, así que dejamos unos caramelos en la puerta para el que pasara y nos fuimos a una urbanización cerrada donde hemos ido otros años y sabemos que hay mucha acción.
Y de nuevo me reconcilié con esta fiesta que al principio me espantaba entre tantas arañas, ratas y calaveras porque al final es una fiesta realmente amable, en la que la gente espera a los niños para darles dulces, en la que la gente se reúne en la calle comentando y reconociendo disfraces, en la que los niños disfrutan al máximo ser sus personajes favoritos.
Y ya Houston comienza a sentirse tan familiar que nos encontramos personas en la calle en la noche de Halloween incluso estando lejos de nuestra urbanización, y hasta los Pirulingos vieron algunos amigos a quienes reconocieron a pesar de los disfraces.
Este Halloween quedará para la posteridad como nuestro primer disfraz en familia, pero estoy segura que no será el último!
¡Ahora a comer caramelos y chocolates!