Tinga Tinga Tales: el día que Eugenia cumplió 4 años

Amanecimos cantándote cumpleaños feliz en la cama, ya estabas durmiendo junto a tu querido Ashio y abriste los ojos con una sonrisa encantadora de saberte consentida y tan querida por nosotros 3. Te cantamos en español y en inglés y como siempre que escuchas una canción, tú también cantaste, porque la música y tú se llevan muy bien y no podías sino comenzar un nuevo año cantando. Proclamaste que «eras 4 años» y te repetí que no se dice «soy 4 años» sino «tengo 4 años». Es lo que pasa cuando a tan corta edad sabes muy bien hablar dos idiomas, los sabes pero se confunden y parece que tu cabecita muchas veces piensa en inglés y luego traduce al español… Quién diría que lo que a tu mami le costó aprender y estudiar y especializarse en traducción entre 2 idiomas, tú lo harías tan bien con tan sólo 4 añitos.

Nos vestimos, nos arreglamos y salimos los 4 a desayunar juntos una donut de chocolate, porque los días especiales para tí saben a chocolate! Nos bajamos contigo en el colegio para celebrar juntos que en tu vida la tierra ha dado ya 4 vueltas al rededor del sol, y me encantó esa celebración porque tú eres nuestro sol y haces que los días sean más brillantes desde que llegaste al mundo una primavera hace 4 años.

Y por primera vez soplaste las velas rodeada de amigos que te quieren y que a veces se ponen tristes porque pronto ya no estarás con ellos en ese colegio… Y aunque tú también los extrañarás, cada día cuando dejamos primero a tu hermano te sabes lista y alegre de unirte a él y compartir de nuevo un mismo espacio de aprendizaje… Esa seguridad que dan los hermanos mayores aunque estén a 3 salones de distancia.

Te fui a buscar y cuando te abracé como todos los días me di cuenta que hoy quería apretarte más duro y besarte más fuerte, no porque te quiera más, siempre te quiero infinitamente pero celebrar tu cumpleaños me recuerda tantas cosas lindas que me has regalado y por eso tu cumpleaños siempre será uno de mis días favoritos, porque celebramos tu vida y tu existencia que es tan especial, tan importante y tan imprescindible!

La sonrisa la tenías tatuada, repetías una y mil veces «hoy es mi cumpleaños». Me recordaste lo importante que es celebrar un año más y lo lindo de sentirse querido en un día especial. Recibiste muchas llamadas y aún más mensajes que te leí uno a uno y a tí te encantaba escucharlos, recordar en cada firma familia y amigos que aunque no estén cerca, siempre están contigo. Hablaste con tus abuelos y a todos les anunciaste que era tu cumpleaños, como si no fuese esa la razón de esa llamada tan oportuna… Como si decirlo lo hiciera cada vez más real y repetirlo aún más especial.

Aunque te haremos una fiesta en pocos días, preparé una torta y una mesa de flores para tí y tu carita cuando la viste fue la mejor recompensa por haberlo hecho. Te das cuenta y agradeces y me das besos y abrazos cada 2 minutos y me llenas la vida y el alma de amor y por eso soy yo la que tengo que agradecer!

Vino tu querida Isa y pasaste una tarde de juegos, arte y un poco de drama y exageración que nunca falta en tu vida… Esa intensidad que ahora es llanto y refunfuñadera, es la misma intensidad con que vives, juegas, corres y amas…

Y cuando llegó tu papito, después de darle muchos besos y abrazos y contarle con voz de emoción entrecortada lo mejor de tu día, te cantamos una vez más para que soplaras 4 velas de una torta de chocolate que, aunque de cajita, es la primera que hice en mi vida. Y seguro no será la última porque tú y tu hermano no dejan de inspirarme para ser y hacer más y mejor, o al menos intentarlo, porque a veces no lo hago perfectamente como precisamente pasó con la torta que ni quedó como yo quería ni era la más deliciosa, pero finalmente se podía comer y ciertamente quedó bonita!

Abriste regalos, recibiste más llamadas, dormiste con una pijama nueva y compartiste tus juguetes nuevos con Andres Ignacio, y antes de irte a dormir nos dijiste a tu papá y a mí lo mejor de tu día: «Mami, Papi, ya no soy napper, ahora soy extended day». (En el colegio los niños menores de 4 años deben dormir siesta y a partir de que cumplen 4, en vez de ir a dormir continúan con actividades). Y de repente me di cuenta que no ser «napper» era la medida de tu crecimiento, era lo más palpable para tí de ser un año mayor!

Cuando cumpliste 3 años todo el mundo que te felicitaba te decía «3 años, qué grande!» y tu cada vez respondías «no, yo todavía soy chiquita!»; pero cumplir 4 si te ha hecho sentir mayor y la verdad es que se te nota en muchas cosas: en las escasas pataletas, en la capacidad de escuchar y argumentar cuando no suceden las cosas como quieres, en las ganas de hacerlo todo solita y el empeño por aprender cosas nuevas.

Y parece que los 4 años ya son una imagen un poco más clara de la persona en la que te estás convirtiendo, sin el ruido de los terribles 2 o las ñongueras de los 3. Nos vas enseñando cada día más cómo eres y hoy te quiero decir que me encanta lo que veo y no puedo estar más orgullosa de ser tu mamá!

Feliz cumpleaños Tinga Tinga de mi vida!

^^^ El vestido que tiene Eugenia en estas fotos es el vestido que usaron los pajecitos en nuestro matrimonio. Mi querida amiga Vanessa me lo trajo hace poco porque su linda Isabella fue una de las pajecitas.

Vane, gracias por guardarlo y gracias por regalarnos la oportunidad de tomar estas lindas fotos!!!

Pd: Eugenia de 2 años: yo tengo una tinga tinga, Historia del nacimiento de Eugenia