Entramos a la casa y nos enamoramos. Enseguida supimos que no teníamos que buscar más. Debía pasar la inspección y luego tocaba esperar el tiempo correspondiente antes de firmar la compra y tener las llaves. Era una casa vieja y queríamos hacer algunas remodelaciones y para eso debíamos planificar y presupuestar inmediatamente para ganar tiempo y comenzar los arreglos apenas se concretase la compra.
La corredora de bienes raíces me abrió la casa para que tomara algunas medidas y apenas entré todo el fucsia del jardín me llenó los ojos. Salimos y no solo se veían las flores, también olía a ellas y la imagen no hizo sino aumentar la ilusión de habitar ese lugar. Me comentó que las flores sólo durarían un par de semanas y que las azaleas sólo florecen una vez al año… me dio tristeza perdérmelas porque ya no estarían así cuando se cumplieran los plazos para mudarnos.
Le pedimos que de nuevo nos abriera porque alguna medida nos había faltado, pero en realidad fue una excusa para ir los 4 a ver de nuevo la casa en ese esplendor florido. Le tomé fotos a los Pirulingos y pensé que sería bonito repetirlo cada año para perpetuar nuestro tiempo en ese hogar, y que esas flores fueran el fondo de sus cambios y su crecimiento.
Todo eso sucedió hace un año, ahora de nuevo floreció nuestro jardín y lo podemos disfrutar en todo momento viviendo y habitando una casa que hemos llenado con mucha ilusión.
De nuevo saqué mi cámara y de nuevo fotografié a los Pirulingos con un fondo de azaleas fucsias que pronto se marchitarán.
Parece mentira que esta casa y este jardín nos hayan alejado tanto de la ciudad. Nos invitan demasiado a quedarnos, a no hacer más que estar aquí y disfrutarlo… Ha sido un año de explorar menos, de buscar menos lugares para ir el fin de semana. De repente no hace falta, de repente aquí es suficiente.
Pero esas flores anuncian la llegada de la primavera y con ella los días cada vez más largos y también más calientes. Estamos listos para salir, para explorar, conocer y disfrutar todo lo que tiene esta ciudad para ofrecernos…
Nuestro jardín siempre estará allí para nosotros, con flores o sin ellas ya lo conquistamos y llegó la hora de salir a buscar nuevas conquistas!
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