Se acabaron nuestras largas vacaciones! Unas que comenzaron antes de tiempo por una mudanza, que estuvieron llenas de familia en Venezuela y NYC y de cambios y adaptaciones a nuestra nueva casa y vida en Houston!
Me siento a escribir esto y parece mentira que tengo la casa para mi, que hay silencio y no esta ninguno de mis Pirulingos queriendo encaramarse encima mio o pidiéndome algo para comer.
Andres Ignacio volvió al colegio, es un colegio nuevo pero él ya sabía de lo que se trataba. Pero mi Tinga Tinga esta yendo por primera vez y yo no lo puedo creer!
Andres Ignacio le cuenta cómo es el colegio, le explica las actividades y los juegos y le dice que si lo necesita él esta cerquita en el otro salón… y a todo eso ella le responde yes! y le da un abrazo. Verlos vestidos y con sus loncheras me hace recordar la época en que iba con mis hermanos al colegio. Una vez más me encanta que se tengan el uno al otro.
Entre el destete, el potty training y el colegio; abundan las señales que confirman que ya Eugenia no es una bebé… y eso sólo puede significar algo:
Es hora de buscar uno nuevo!
Jajajaja (me río pensando en la cara de Andres al leer esto)
También puede que sea la hora de buscar trabajo… (Inserte suspiro de alivio de Andres)
El hecho es que comenzó el colegio y aquí estoy con unas cuantas horas para mi, para mis ideas, para ver qué hago y qué invento… para escribir más en este blog, para hacer ejercicio, para cocinar más y mejor, para estudiar… hay tantos para en esa lista que no alcanzan en el tiempo que tengo libre.
Pero a pesar que esta “libertad” me hace muy feliz y me llena de ilusión, no dejo de sentir nostalgia de mis bebés que ya no lo son, de que ahora su tiempo no es sólo mío, de que ahora haya nuevos testigos de sus avances y de sus gracias…
Es parte de la esencia de la maternidad, porque ser madre también significa dejar ir a nuestros hijos… por unas horas, que luego se volverán semanas, meses…. años…
Lo importante es que cuando regresan cada tarde, sus caras de felicidad al verme y sus palabras rápidas y entrecortadas para contarme sus aventuras me llenan de alegría que me dura mientras no estan…
Eugenia los 3 primeros días lloró 1 o 2 minutos cuando me despedía de ella dejándola en su salón… Hoy con una sonrisota me dio un beso y me dijo “chao mami”…
Ella esta lista.
Y yo también!