En 2008 fui con Andres al cine a ver “August Rush” que aunque es una película muy linda, causó un efecto en mi bastante desproporcionado…
En la última parte, cuando August dirige la Filarmónica de NYC en un concierto en Central Park y luego consigue a sus padres, sentí una emoción que me aceleró el corazón y juro que tuve que contener las ganas de pararme a gritar de la emoción… o aplaudir de alegria!
Tranquilos, ni grité, ni aplaudí!
4 años más tarde, una noche de viernes de verano, un picnic en Central Park, Andres, 2 Pirulingos, mi prima Bárbara de visita y mi hermano y mi cuñada estuvimos en esa serie de conciertos que se repiten cada verano en esta maravillosa cuidad…
El viernes fue un día especial y la escena que transcurrió en vivo en mi vida mientras escuchaba ese concierto igual me llenó de emoción y esta vez si pude gritar y aplaudir!
Publicado el 16 de julio de 2012