Uno de los placeres cotidianos que me regala la maternidad es vestir a mis Pirulingos!
Es algo que disfruto enormemente… Disfruto el proceso y disfruto el resultado de verlos tan lindos arreglados y acomodaditos!
Cada etapa tiene su encanto: organizar la ropa en el closet, elegir la ropa cuando yo la compro, recibirla cuando es un regalo, combinar, mezclar, intentar nuevas mezclas…
Vestir a los Pirulingos es lindo cuando tenemos una ocasión especial para lucir, pero tambien es lindo para estar en la casa e inventarnos una excusa y tomar muchas algunas fotos.
Para vestir a los Pirulingos no hay que seguir tendencias, se pueden cometer locuras combinando todos los colores y texturas posibles, no hay muchas reglas mas que hacerlo lindo y divertido.
Los zapatos tamaño Pirulingos simplemente me hacen feliz!
Encontrar un chaleco, un pantalón con tirantes, una chaqueta cool o un jean de algun color brillante para Andres Ignacio me hace el día y anula eso de que vestir a los varones no es divertido, porque yo se que sí lo es…
Con Eugenia es diferente, ella tiene más ropa que días de la semana, entre tantos regalos y algunos deslices mios en una que otra compra de vestidos, zapatos, sandalias o lazos para combinar; tenemos suficiente para entretenernos un buen rato y ella con su sonrisa hace lucir cada pieza que le pongo.
Vestirlos iguales no es tan sencillo como cuando son del mismo sexo, pero hemos tenido exito varias veces y sino, mantener el mismo patrón de color ayuda a recrear el efecto.
Convertir ropa de Andres Ignacio con toques femeninos para que le sirva a Eugenia me entretiene y me motiva… me llena de nostalgia al verla y recordar también cuando su hermano usó eso que ahora ella viste de niña…
Es un juego, un teatro que tiene función continuada en esta casa de lunes a viernes, fines de semana y feriados…