La Organización Mundial de la Salud recomienda Lactancia Materna Exclusiva a libre demanda durante los primeros 6 meses de vida de un bebé y luego que se mantenga la lactancia a libre demanda con introducción de alimentos complementarios, hasta los dos años.

Lactancia Materna a libre demanda significa dar el pecho con la frecuencia que quiera el niño, tanto de día como de noche. ¿Por qué cuando quiera el niño? La respuesta está en la convicción de que el pecho no es solo un alimento, sino una conexión entre mamá y bebé que suple muchas más necesidades que solo la alimentación… Y en ese intrincado cúmulo de necesidades, físicas y emocionales, es el bebé quien dicta la pauta de lo que necesita de su mamá, para su crecimiento y desarrollo.

A mis 3 hijos los he amamantado exclusivamente hasta los 6 meses (incluso algunos meses más..) y lo he hecho siempre a libre demanda: sin cuestionar horas, sin contar tiempo entre tomas, sin saber de qué pecho le di cada vez o cuanto dura cada toma o porqué mi bebé la quiere tanto, algunas veces más que otras.

Y dar pecho a libre demanda tiene una cantidad de beneficios pero a la vez muchas exigencias que las mamás eventualmente comenzamos a resentir. Cuando nuestro bebé está pequeñito y se alimenta solo del pecho podemos no cuestionar la entrega que significa dar pecho tan frecuentemente, pero cuando nuestro bebé va creciendo y sigue pidiendo la teta a cada rato, comienza a ser un problema.

La Lactancia a demanda se hace pesada cuando, precisamente por dar el pecho siempre que nuestro bebé lo pida, se sigue levantando seguido en la noche, o quiere que se lo demos en algún momento que no sea fácil hacerlo, o cuando no se queda dormido porque está acostumbrado a hacerlo siempre pegado a su tetica.

Lactancia Materna a demanda

Yo, que he sido una mamá totalmente convencida y entregada a la lactancia materna siempre comento a nuevas mamás que se están iniciando que amamantar parece ser muy sacrificado (y lo es) pero al mismo tiempo es inmensamente liberador y muy muy práctico. Siempre me ha encantado de la lactancia que me permite, con solo ofrecer mi pecho a mis hijos, alimentarlos, calmarlos, reconfortarlos, curarlos y dormirlos… siempre disponible, sin preparación necesaria y de manera infalible, porque mis hijos siempre prefieren su tetica a lo que sea.

Y cuando uno reconoce esa conveniencia se da cuenta que es una maravilla tener un bebé intranquilo en la mitad de la misa y poder tranquilizarlo con solo pegarle el pecho. Que es una maravilla que tu bebé esté enfermo y no quiera comer nada y tú tener la tranquilidad que en el pecho encuentra todo lo que necesita. Que resulta muy conveniente que su tetica le calme dolores inmediatamente mejor que cualquier medicina y que definitivamente uno hasta de pataletas se salva con solo ofrecer el pecho.

Y puede llegar a ser tan conveniente que comenzamos a darla a demanda intercalada: a veces cuando la pide nuestro bebé y otras cuando nos regala un momento de calma… o no? O seré solo yo que la utilizo para tranquilizar, entretener y hacer dormir un poco más a mi bebé?

¡Por favor díganme que no estoy sola!

Es una encrucijada, una relación amor – odio en la que, si llevamos amamantando muchos meses (casi dos años en mi caso) sentimos que podríamos servirnos de un break de la disponibilidad que implica dar el pecho, pero al mismo tiempo nos aprovechamos de que sea así y lo usamos para nuestro beneficio en muchas ocasiones.

Y entonces sin darnos cuenta nos quejamos de tener que seguir dando la teta a cada rato, de no poder dormir, de no poder delegar esa tarea en nadie y no nos damos cuenta que no tiene que ser blanco o negro, que existe una enorme gama de grises porque nuestros bebés han crecido y así sus necesidades han cambiado y su demanda ya no es la misma. Y seguir dando pecho para satisfacer todas sus necesidades no significa que no pueda haber límites o que realmente entendamos la demanda en función únicamente de nuestro bebé y no nuestra.

Por eso escribo para esa mamá, que como yo ama seguir amamantando pero a veces quisiera no tener que hacerlo más. Para la que tiene sentimientos encontrados entre destetar o seguir un poco más. Que llega un momento que dar pecho a demanda no significa no enseñarlos a dormir toda la noche, que tampoco significa que no puedan ir al colegio o que no se encuentren bien si nosotras no estamos.

Escribo para esa mamá como yo, para que sepa que puede retroceder un poco para identificar la real demanda de su hijo y seguro se sorprenderá con una lactancia más llevadera y la posibilidad de seguir dando y disfrutándolo sin culpa y sin remordimientos pero en paz con su vida y con lo que representa el enorme regalo que los dos se están dando cada vez que lo alimenta de su pecho.

Lactancia Materna a demanda