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Ultimamente varias personas me han preguntado cómo limito el uso de la tecnología de los Pirulingos y aunque quiero compartir lo que hacemos por aquí, prefiero comenzar diciendo que no tenemos nada en contra de la tecnología, que la aceptamos y la permitimos, eso sí, dosificándola.

Porque las pantallas enamoran, embelezan, encantan y abstraen del mundo, y no siempre es ideal estar embelezado, encantado o abstraído del mundo. Además nuestros niños no son capaces de autoregularse y por eso creo que nos toca a nosotros, los padres, hacerlo.

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Yo recuerdo perfectamente a mi papá resistiéndose a comprarme un «walkman» a pesar de mi insistencia porque decía que las personas escuchando música con los audífonos puestos se aislaban del grupo y ya no había interacción posible con los demás…. que era como una burbuja y que me alejaría de las conversaciones, los juegos, las interacciones en familia.

Finalmente cedió y me regaló mi walkman Sony amarillo súper noventoso que ojalá todavía guardara porque era lo máximo! Me lo compró pero siempre me quedó claro que el uso estaba restringido y no se valía pretender enchufarme mis audífonos en medio de una reunión familiar! Uno pensaría que mi papá, este personaje que se resistía a ese aislamiento propio de los aparatos tecnológicos, estaría hoy en día horrorizado con los celulares, los tablets y cuanto aparato consigue en nuestros días aislarnos del mundo o abstraernos del entorno y paradójicamente no es así, al contrario mi papá es quien a veces me enseña nuevos aparatos, y quien se mantiene más al día en cuanto a tecnología se refiere. Y ese mensaje es el que siempre he tenido presente, la tecnología es una maravilla pero hay que saber administrarla.

Por eso intento (y no siempre lo consigo) dosificar el uso de mis Pirulingos, pero trato de hacerlo sin convertirlo en una batalla campal, sino estableciendo reglas que a ellos les queden claras y que por lo tanto sean más fáciles de cumplir.

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1.- Ojos que no ven, corazón que no siente: es decir, el Ipad no está ni a su alcance ni a la vista. Mi teléfono si que lo está porque lo llevo conmigo, pero saben (porque se los repito siempre) que si lo quieren usar lo tienen que pedir.

2.- No usar la TV por defecto: a veces prendemos la TV solo como fondo, para que acompañe. Pero cuando la tele se prende se acaba la magia del juego. Si no la prendemos siempre y sus juguetes están a la mano. Si tenemos un rincón de juegos con cosas que les gusten, es mas probable que usen esos juguetes, que busquen un cuento, que inventen y fantaseen si la tele está apagada.

3.- Ocasiones especiales: Reservamos las app (en el ipad o smartphone) para momentos especiales. Es algo extraordinario y así es más especial. Cuando nos vamos de viaje, cuando sabemos que tendremos que esperar y necesitamos que estén tranquilos.

4.- Roadtrips: En el carro no usamos tecnología. No en el día a día. Aprovechamos de hablar y de cantar mucho! Y no se imaginan todos los juegos que inventan los Pirulingos en sus sillas del carro y todo lo que conversan y sé que si un ipad o mi teléfono estuviese disponible nada de eso ocurriría y se meterían en la pantalla sin siquiera hacerle caso a la música. Pero cuando hacemos viajes en carro sí los dejamos jugar con el iPad y tenemos un DVD portátil para ver películas porque estaremos tanto tiempo en el carro que sentimos que lo amerita.

5.- Otras opciones disponibles: Es decir, cuentos a su alcance, juguetes disponibles, crayones y papeles a la mano. Y así ellos mismos los van a buscar y van a querer pasar el tiempo disfrutando de juegos y mundos de fantasía que solo se pueden inventar…

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Finalmente se trata de ser consistente y no tener miedo a decir que no. Puede que las primeras veces que les neguemos lo que piden armen tremenda pataleta, pero si lo hacen nos dará precisamente la oportunidad de explicar y reforzar las reglas. Y poco a poco ellos entienden y se acostumbran a cumplir los momentos en que cada cosa está permitida.

El otro día leí que no hay que tenerle miedo al aburrimiento, porque de estar aburridos nuestros hijos son capaces de imaginar más, inventar más y desarrollar más su creatividad!

Pd: una entrada sobre cantarle a mis pirulingos