Hace dos años, con planes de mudanza de Nueva York a Houston, hablábamos mucho con los Pirulingos sobre el cambio que se avecinaba. Tratábamos de explicarles con palabras sencillas, con ejemplos gráficos situaciones como el cambio de casa, de colegio, que ya no viviríamos en la misma ciudad que sus tíos y su primo Marco. Lo hacíamos con emoción, enfatizando lo bueno: vivir en un espacio más grande, poder ir a la piscina, contar con un mejor clima… Al final de cada una de esas conversaciones, Andres Ignacio terminaba emocionado hablando de Houston, pero sabíamos que la idea era muy abstracta y que no la entendía del todo.

Hasta que un día sentados en la mesa cenando y hablando de la mudanza, Andres Ignacio comenzó a actuar raro, estaba muy callado que no es usual y al terminar de comer se metió debajo de la mesa. Cuando le preguntamos qué pasaba dijo con voz muy suave, casi sin querer decirlo y en inglés: “I’m nervous about Houston” (estoy nervioso por Houston).

Esa fue la primera vez que sentí el peso de las emociones en alguno de mis Pirulingos.

Antes de ese día había manifestado sentimientos, pero algunos más obvios como felicidad o tristeza. Parece que la sonrisa y el llanto facilitan el reconocimiento de estas dos grandes emociones, pero el entramado de sentimientos entre nervios, miedo, angustia, inseguridad, timidez, celos, frustración; es difícil de explicar, de reconocer, y por ende es más complicado brindarles herramientas para lidiar con ellos.

Esa frase de Andres Ignacio lo puso muy evidente, él entendía más de sus sentimientos de lo que yo imaginaba y ahora me tocaba a mi ayudarlo a lidiar con eso. Considero que ese es un rol fundamental que nos toca como madres y padres, ayudar a nuestros hijos a manejar sus emociones: a reconocerlas, expresarlas asertivamente, canalizarlas y entender que es normal sentirlas.

Existe un programa de televisión, una “comiquita” que a los Pirulingos les encanta que ha puesto en perspectiva muchas de estas emociones al nivel de sus pequeñas cabecitas. Se llama Daniel Tiger’s Neighborhood y trata de un tigre de 4 años y su familia que viven en un vecindario que cuenta con los lugares en los que más frecuentemente se desenvuelve la vida de un niño: casa, escuela, parque, casas de amigos, restaurantes, plazas, etc.

La serie hace mucho énfasis en 2 elementos que considero muy importantes: el uso de la imaginación como recurso de visualización en situaciones diferentes y el uso de canciones cortas y pegajosas que refuerzan cada tema para que pueda ser utilizado por el niño y sus padres. ¡Es una maravilla! Son pequeñas frases con melodías muy dulces que resumen situaciones muy cotidianas pero a veces algo abstractas de la vida de un niño y el manejo de sus emociones.

¡Y funcionan!

Es muy fácil aprenderlas porque son muy cortas y pegajosas y yo me he quedado impresionada al ver a mis chiquitines echar mano de ellas como recurso para calmarse ante una rabieta, o para no ponerse tristes si los tenemos que dejar con una niñera, o para esperar pacientemente mientras llega la comida en un restaurante.

Lo malo es que buscando y buscando no la encuentro traducida al español pero quise resumirles algunas de las frases que más repiten y utilizan mis Pirulingos.

>> Los adultos siempre vuelven: para explicar que a veces nos deben dejar en el colegio o en la casa por un viaje, pero siempre regresarán por nosotros.

>> Cuando te pongas bravo y tengas ganas de rugir, respira profundo y cuenta hasta 4: para explicar que cuando algo nos da rabia debemos primero calmarnos antes de actuar.

>> Algunas veces puedes sentirte triste pero debes saber que poco a poco te sentirás mejor.

>> Si te sientes frustrado, para lo que estas haciendo y pide ayuda.

>> Me gustas tal y como eres: para explicar que todos somos diferentes pero debemos aceptarnos y querernos con nuestras diferencias.

>> Si tienes ganas de ir al baño, para de jugar y ve enseguida!

Son explicaciones sencillas, cotidianas de sentimientos complejos y profundos. Y nuestros hijos pueden ser pequeños en tamaño, pero sus emociones son grandes y significativas y comenzar a darles herramientas para reconocerlas y canalizarlas hará que cada vez lo sepan hacer mejor.

Pueden encontrar más información en inglés en la página de PBS kids o usar la aplicación para smartphones en la que incluso se pueden ver los capítulos.

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