Ustedes conocen esa sensación de ver algo en algún anuncio o en la televisión y pensar inmediatamente “eso lo pensé yo hace tiempo, c@*# alguien se me adelantó!”

Así me sentí cuando vi el video de Roar de Katy Perry hace unos meses. No es que yo hubiese lanzado un hit que llegara a los primeros lugares de las carteleras, ni mucho menos; pero en esta casa pudimos haber compuesto esa canción, porque la onomatopeya del rugido me acompaña incesante desde 2010 cuando mi bebé de 1 año comenzó a imitar a los animales.

Andres Ignacio se enamoró del león. No sé si fue la figura, el nombre del animal o precisamente el sonido que hace; pero desde entonces rugir es un emblema que lo acompaña y no lo abandona!

Cuando Eugenia tenía muy pocos meses, hacia un sonido gutural, grave y ronco que nadie entendía. Además de los gorjeos de bebé siempre hacía ese sonido que no era muy femenino ni coherente con su edad. Un día vi a Andres Ignacio asomado en el moisés donde dormía Eugenia, ella acostada viéndolo con ojos de admiración y él casi encima de ella con mucha dulzura rugiendo sin parar. En ese momento entendí que Eugenia también rugía, que ese sonido indescifrable era su aproximación a los rugidos de su hermano que tanto había escuchado!

Entonces  entenderán que la canción Roar encontró un terreno muy abonado en esta casa para convertirse rápidamente en una favorita de mis dos Pirulingos que tienen ya dominado el arte de rugir… y de cantar!

Feliz fin de semana!

Pd: Este video también fue grabado en el Hotel que nos quedamos en New Orleans, así como este otro. Una noche ocupada grabando videos de los Pirulingos!

Publicado el 22 de noviembre de 2013