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Se aproximaba el fin de semana largo de labor day y no había duda de lo que queríamos hacer: ir a la playa!

5 minutos después de Andres saber que lo transferirían a Houston, hicimos la búsqueda correspondiente para saber a cuánto quedaba la playa más cercana… Para nuestra alegría poco más de 1 hora nos separaría del mar!

Pero desde que llegamos, entre viajes y arreglos a la casa nueva, no habíamos inaugurado con un viaje a la playa.

Algunos amigos y conocidos nos habían hablado, con mayor o menos entusiasmo según las expectativas… Algunos venezolanos acostumbrados a playas paradisíacas nos decían que estaba bien con tono simplón; otros, menos exigentes nos daban datos entusiasmados de qué hacer y dónde ir.

Resulta que fuimos y vinimos y nos quedamos encantados! Resulta que somos 2 venezolanos acostumbrados a playas paradisíacas pero la sensación de estar frente al mar es muy grande para nosotros y nos llena de cosas buenas… Resulta que los Pirulingos corrieron, saltaron, jugaron y fueron felices por 2 días llenos de arena y agua salada.

El sábado fuimos a la playa de Galveston, como era fin de semana largo había mucha gente por lo que decidimos avanzar por la costa lo más posible hasta llegar a una playa menos concurrida y con algunas comodidades de sombrilla, sillas y duchas.

La playa es muy bajita hasta bien adentro, lo que la hace perfecta para que los niños se bañen y corran con tranquilidad y las olas son muy pequeñitas apenas llegando a la orilla.

Pasamos el día haciendo huecos y castillos en la arena, saltando olas, y a ratos largos Andres y yo conversando viendo a los Pirulingos jugar… estaban tan felices y entretenidos (y tan grandes diría yo) que ni siquiera demandaban nuestra constante compañía…

Yo aproveché de armarme con mi cámara y aquí les dejo muchas fotos que hablan por sí solas… prácticamente no salimos Andres y yo y en realidad casi todas las tomé sin que Andres Ignacio o Eugenia se dieran cuenta que las estaba tomando…

Las encuentro perfectas porque capturan la emoción y espíritu explorador que definió a los Pirulingos esos dos días.

Para mí hay algo mágico en ver a mis hijos disfrutar plenamente las cosas que yo también disfruto y que disfruté de pequeña… verlos construir memorias felices sobre la base en que están construidas mis memorias felices…

La playa es una de ellas, es un lugar que huele a mi infancia feliz, a mi vida feliz, a recuerdos de hermanos y familia y amigos en tantos viajes por tanta costa venezolana…

Por eso hoy escribo por la playa, por el sonido del mar, el olor a agua salada, el sol que calienta los hombros y mis Pirulingos corriendo felices!

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Pd: Eran tanta fotos lindas que dejé para otra entrada las del domingo…

Publicado el 6 de septiembre de 2013