El 19 de Abril Andres Ignacio cumplió 2 años y medio y desde ese momento se activó una inquietud que antes no se había manifestado: diferenciar el bueno del malo… En cada cuento, historia, capítulo o película que ve o que le contamos.

Es consistente.

Si no es evidente en el desarrollo de la historia lo pregunta… y otras veces cuando sí logra distinguirlo, lo recalca sin falta.

Luego, cuando ya lo sabe y los tiene identificados, lo anticipa y lo grita a los cuatro vientos cuando hacen su aparición en la historia.

Todo indica que es algo muy importante para él: distinguir el bueno del malo, identificarse con el bueno y repudiar conductas evidentemente malas en el villano. Es una moral que se va formando y este proceso no hace sino ponerlo de manera muy explícita para nosotros y cómo no, nos da pie de reforzar igualmente lo que creemos conveniente en cada conducta.

Todavía son cosas muy sencillas: el malo es el tiburón de “Buscando a Nemo” del cual se logran escapar y que al final termina siendo bueno. Todavía los villanos en sus historias no lo son tanto pero igual Andres Ignacio no quiere que ninguno se le pierda de vista.

Cada vez que hace la pregunta, silenciosamente mi corazón sólo desea que mi chiquitico siempre mantenga esa inquietud de diferenciar el bien del mal y que Dios le de la sabiduría de hacerlo correctamente!