Este momento las horas de sueño en nuestra casa no son tranquilas, ni plácidas ni corridas… Este momento “la dormida” en nuestra casa es simplemente caótica!

Hace un tiempo escribí 2 pirulingos 1 cuarto, y entonces comenzamos un proceso que dio algo de frutos, pero no dio tiempo de escribir sobre aquellos frutos y noches tranquilas cuando ya se habían desvanecido…

Pirulingos durmiendo

Entre una gripe de Eugenia, varias visitas, una conjuntivitis y un viaje a Miami; aquí no hay rutina que se respete. Ni la sombra de alguna que haya habido en otro momento… Ni siquiera un pedacito de dónde comenzar a montar de nuevo un orden en esta casa…

Hacer convivir las rutinas de sueño de los chiquitines en un cuarto, administrando sus despertares nocturnos, evitando el llanto contagioso y tratando de mantener la sanidad mental de los padres, ha sido, sin duda, una de las tareas mas difíciles de la maternidad…

Pirulingos durmiendo

Resulta que avanzamos un metro y retrocedemos dos y así ni siquiera sé si 3 meses después hemos avanzado… o retrocedido!

Cada día hay un acomodo distinto de 4 personas entre 2 camas y una cuna… Y a veces hasta el sofá de la sala entra a participar en el circo que tiene función fija a partir de las 9pm.

La rotación de camas a media noche porque alguno de los Pirulingos se despierte y llore, parecen escenas de una película de los 3 chiflados. Una noche duermo yo con Eugenia en mi cama y Andres Ignacio en la suya con Andres… otra yo con los dos muy apretados en la cama individual de Andres Ignacio… Otra Eugenia en su cuna y Andres Ignacio con nosotros en el cuarto… Y mil combinaciones más que ni siquiera logro recordar porque suceden mientras estoy dormida, y dormida me despierto, y dormida me cambio de cuarto tratando de evitar el caos y sin saber lo que termino haciendo es profundizando su existencia!!!

Al final han sido más las noches en que sucumbimos y terminamos acomodándonos los 4 en nuestra cama Queen, que nos queda pequeña y que significa que Andres y yo durmamos en un filo de cada lado dejando espacio suficiente para los Pirulingos y sus maniobras y movimientos de media noche…

Todas las mañanas decimos que no podemos seguir así… Y todas las noches caemos en lo mismo…

Pensamos que es un momento, estamos redefiniendo la estrategia y entendemos que próximas visitas igual no nos permitirán que perdure…

Pero no perdemos la esperanza!

Porque al final, tanto Andres como yo sabemos en lo más profundo de nuestro corazón que dentro de muchos años miraremos hacia atrás y recordaremos estos años y estas noches apretadas con los Pirulingos, como las mejores de nuestras vidas…

Ojeras y dolores de espalda incluidos!

Pirulingos durmiendo