Eugenia sólo dice claramente, con intención y de manera entendible mamá, papá, agua, upa y más. Sólo eso, 5 palabras que para sus 10 meses de edad constituyen un amplio vocabulario…

Pero Eugenia habla sin hablar… dice tantas cosas sin tener que decirlas en palabras… se comunica de mil maneras y se hace entender usando mil recursos diferentes y de manera muy creativa.

Cuando un bebé nace, nos toca prácticamente adivinar sus necesidades a partir de muy poco: sueño, llanto y observación que es básicamente lo que hace un bebé recién nacido… Pasan los días y su primer lenguaje, que es el llanto, comienza a tomar diferentes matices, tonalidades, ritmos, cadencias y comenzamos a distinguir cada llanto… comenzamos a saber cuándo es de sueño y cuando es de hambre, cuando es de cárgame y cuando es de paséame…

Luego comienzan a moverse y en sus sutiles movimientos descubrimos un nuevo lenguaje: si se tocan los ojos tienen sueño, si se arquean quieren cambio de posición, si mueven las manos o los pies estan emocionados y así nos vamos comunicando, vamos entendiendo lo que quieren decir, cada vez cuesta menos entender y cada vez se trata menos de adivinar.

Y es increíble lo que las miradas pueden decirnos, el brillo en los ojos o las cejas caidas… a veces hace falta sólo eso, tan sólo una mirada para entender lo que quieren y sobre todo lo que sienten.

Luego llegan las primeras palabras, o simples sílabas… Al principio balbucean experimentando con los primeros sonidos que logran reproducir e imitar, pero luego es mágico cómo se convierten en sonidos con intención… y un buen día te dicen “mamá” viéndote y lanzándote los brazos como para que no quede la menor duda que no es que sus labios hicieron ese sonido por casualidad sino que claramente te estan llamando… y uno no puede sino correr a ese llamado con el corazón hinchado!

Así va evolucionando su lenguaje cada vez menos primitivo, cada vez más elaborado, cada vez más complejo… y así continúa hasta que cada vez dicen más, hasta que cada vez son más las palabras…

Nosotros mientras tanto estamos disfrutando enormemente este momento en que Eugenia habla mucho, muchísimo sin hablar… Es una etapa de descubrir los sonidos y de imitarlos pero también de hacer muchos gestos, de comenzar a señalar, incluso a gatear hasta el objeto deseado. Una etapa de encontrar 100 maneras de mostrar su emoción, a veces con risas, a veces con manos batientes, a veces con aplausos… Es una etapa de comenzar a bailar al ritmo de la música y decir aaahhh! como quien además quiere cantar, una etapa de sonrisas, risas y carcajadas que muestran el nivel de alegría… de pucheros, sollozos y llanto estruendoso cuando se quiere demostrar que no se está de acuerdo… una etapa de unir las fuerzas para volcar su cuerpo en la bañera si me tardo mucho desvistiéndola cuando ella esta viendo ya a su hermano disfrutar con el agua… o de aplaudir en la silla de comer porque sabe que ya viene la comida…

Por ahora disfrutamos su lenguaje sin palabras…

Porque no hacen falta palabras para saber que cuando me ve acercarme y salta más duro en el jumperoo es precisamente porque ya quiere salirse… No hacen falta palabras para entender que cuando me muerde la nariz y se rie quiere que yo le sople el cuello, le haga cosquillas y juegue con ella… O para entender que cuando le pone la cara enfrente a Andres Ignacio con una sonrisa está buscándole fiesta para que le haga muecas y ella poder carcajearse… No hacen falta palabras para saber que la risa entrecortada es su manera de pedir tetica… definitivamente no hacen falta palabras…

Más adelante vendrán las palabras, y las palabras se harán frases y éstas oraciones cada vez mejor articuladas y con más sentido… eso sin duda llegará…

Por ahora disfrutamos este momento en el que Eugenia habla sin hablar y sin hablar sabemos incluso cuando nos dice “te quiero!”