Hoy cumplimos 2 semanas de haber empezado el entrenamiento para que Andres Ignacio dejara los pañales.

Aquí les cuento cómo lo hicimos y cómo nos fue…

El Intento Fallido: Hace 4 meses intenté hacer el entrenamiento, antes que Andres Ignacio iniciara el colegio y antes de cumplir 2 años. El tenía algunas señales de estar listo [al menos yo las interpretaba así], como avisar, luego de hacerse, que se había hecho mostrando incomodidad. Si les soy bien sincera creo que mas allá de considerar si él estaba listo o no, yo me sentía lista para dejar de cambiar TANTOS pañales y creo que eso también es importante. Si bien el niño debe mostrar señales de preparación (y sobre eso hablan todos los métodos de entrenamiento), creo que los padres también deben estarlo, decidir que ya es momento y aventurarse a hacerlo. Finalmente yo sentía que Andres Ignacio hablaba como para avisar, entendía muy bien directrices y se podía ya razonar con él como para comenzar a explicarle esta importante transición.

Ese primer intento no dio resultado, a mi parecer por varias razones: reuní varios consejos y me lancé al ruedo. Una mañana a quitarle los pañales, sin mucha planificación… pero sobre la marcha me surgían muchas dudas y desde el principio sentía que algo no estaba bien… nos sentábamos cada cierto tiempo en la poceta pero estando ahí no sabía cuánto debía dejarlo, entonces me trataba de quedar hasta que hiciera y sus lapsos de aguante en la poceta no eran muy largos, se fastidiaba y perdía cualquier interés. Además ese fin de semana nos íbamos a Boston al matrimonio de una querida amiga… en resumen no era un buen momento y me di cuenta que debía tener más claro lo que quería hacer antes de empezar.

Entonces una noche buscando información encontré un e-book que aparecía muy bien rankeado, lo leí y enseguida me identifiqué con la propuesta. Pero igual debía esperar y en esos días de intento fallido decidí que era mejor arrancar un fin de semana con la ayuda de Andres para hacerlo más llevadero entre los dos.

Pero pasó el tiempo, Andres Ignacio entró al colegio, no encontrábamos ese fin de semana para dedicarlo al entrenamiento y vino la vorágine de visitas y viajes de noviembre-enero. Entonces allí decidí que en enero, al llegar de Venezuela, lo haría. Y así fue.

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La Metodología: En principio repliqué al pie de la letra el contenido del e-book, que esencialmente propone lo siguiente:

Dedicar 3 días enteramente al entrenamiento. Quitar completamente pañales, preferiblemente sin usar pañales de entrenamiento. Explicar al niño que ya no usará pañales, que ya es un niño grande y que de ahora en adelante tiene que hacer pipí y pupu en la poceta, hacer todo esto transmitiéndole el mayor entusiasmo posible. No preguntarle al niño si quiere hacer sino recordarle CONSTANTEMENTE que cuando quiera hacer avise para llevarlo a la poceta. Básicamente no quitarle la mirada de encima buscando señales corporales de querer hacer o poder atajarlo apenas comienza a hacerse para llevarlo rápidamente a la poceta. Si hace algo en la poceta felicitarlo efusivamente y reforzar positivamente la conducta. Eso por 3 días, con la promesa que en este tiempo en su mente se hace el click entre las ganas y la poceta.

El Potty: Lo llamamos potty para familiarizarlo con el término que finalmente utilizarían en el colegio. Al principio compramos la almohadilla que se coloca en la tapa de la poceta de adultos pero también terminamos comprando un potty pequeño para él, pensando que para los primeros días sería más fácil llegar rápido a sentarlo allí. Y fue muy útil y efectivamente fácil para él hacerlo.

Andres Ignacio nunca tuvo temor de la poceta, como he leído varias veces que puede pasar. Le gustó siempre mucho la idea de hacer como mami y como papi!

La Novedad: Me cercioré de, antes de comenzar, estar muy bien abastecida de interiores de diferentes colores y personajes. No los compré con él para que los eligiera 9otra recomendación que leí)  porque los compré por Internet y un día haciendo mercado en Target sin niños!

Los Premios: Compré unos muñequitos de goma, coleccionables con forma de superhéroes, Cars y Toy Story… cada uno es pequeñito pero al sumarlos hacen como una mini colección, que me pareció que le daba un elemento divertido a la sorpresa y al premio. Los metí en una caja (loncherita de metal, recuerdo de su cumpleaños de Toy Story) y la puse en su cuarto en un lugar visible.

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La Cartelera: Usé una que traía un libro de Elmo que le regalaron, sino, la hubiese hecho en casa. Muchos stickers y cada vez que hacía, pegábamos una calcomanía en la cartelera. Elegir la calcomanía y pegarla era la mejor parte de hacer en el Potty!

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La Celebración: Invente una canción y hacer se volvió un rito de celebración que Andres Ignacio disfrutaba mucho: canción, baile, pegar la calcomanía, premio.

Nuestro Enfoque: Esa es la teoría, ahora cómo lo llevamos a cabo.

Llegamos de Venezuela el domingo 22 de enero y Andres Ignacio se reincorporaba a su colegio el 1 de febrero, lo que resultaba perfecto para tener más que 3 días de entrenamiento intensivo con la esperanza que volviera al colegio “fully trained”, sino, la política del colegio es ponerles pull-ups y ya yo me había decidido a hacerlo sin pull-ups. No podía esperar el fin de semana para hacerlo con Andres porque entonces serían menos días para afianzar el entrenamiento en la casa, así que el jueves 26 de enero comenzamos.

Desde el día antes, al cambiarle los pañales, le decía cosas como “a partir de mañana ya no los usarás más”…

Amaneció el gran día, le quitamos el pañal y le dijimos ya no más pañales, con fiesta, aplausos, niño grande, campeón, etc!!!

El primer día me la pasé limpiando accidentes!. Procuré mantenerlo fuera de la cama, el sofá blanco de su cuarto, o cualquier superficie que fuese difícil de limpiar. Al principio comenzaba a hacerse, lo cargaba y corriendo llegábamos al potty para darnos cuenta que ya no quedaba nada. No le daba premio. Yo quería que hiciera algo en el Potty para darle el primer premio y que eso lo entusiasmara. Efectivamente la primera vez que pusimos calcomanía y sacó un premio de la «caja de las sorpresas» se emocionó mucho y entonces reforcé que sólo había premio cuando hacía en el Potty.

Fue pasando el día y me di cuenta que al ver que comenzaba a hacerse le decía “vamos, vamos” y aguantaba para terminar de hacer en el potty.

Vino la siesta y le puse un pañal diciéndole que era sólo para dormir. Se despertó con el pañal seco. Hubo muchas celebraciones!!!

Llegó la noche y pensé igualmente ponerle pañal, y hacer el entrenamiento de la noche poco a poco, pero al decirle a Andres Ignacio que le pondría pañal sólo para dormir se indignó, se puso a llorar y me dijo “no mami, interior, Ashio es un niño grande!” La verdad me impresionó, y decidimos entonces que el entrenamiento iba con todo, día y noche!

Al terminar el primer día me acosté muy cansada pero confiada, sentía que había avance y que íbamos por buen camino…

La evolución: El segundo dia Andres Ignacio amaneció seco! Y comenzó a avisar ANTES de hacer! decía “mami pipí” o “mami pupú” indistintamente. Todavía no distinguía qué era qué, pero avisaba que era lo importante. El día transcurrió entre accidentes y avisadas, más avisadas que accidentes, por tanto muchas celebraciones… El tercer día, último, porque según el método son 3, fue “libre de accidentes”, todas las veces Andres Ignacio avisó claramente que quería ir al baño.

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Cambio de ambiente: pasaron 2 días más en la casa en los que intentamos consolidar el avance de Andres Ignacio y tocó llevarlo al colegio. Yo estaba bien nerviosa porque tenía 2 meses sin ir, entonces tenía tarea doble: acostumbrarse de nuevo y además ahora sin pañales. Empaqué en su bulto una muda e interior de repuesto y le expliqué a la maestra que él avisaba, pero que por favor le recordara que le tenía que avisar…

Ese día no hubo problema, pero el siguiente si hubo accidente y al buscarlo me dijeron que debía ponerle pañal. Esa opción no existía para mi, sentía que era retroceder, perder la consistencia e invalidar el orgullo de Andres Ignacio por sus logros…

La solución fue que no fuera al colegio el día siguiente, que ya era viernes, para de nuevo tener 3 días de abonar sobre el terreno ganado. Para nuestra sorpresa no sólo no hubo más accidentes sino que llegó a ir sólo, bajarse los pantalones y sentarse en el potty muy contento celebrando que lo hacía solito!

La semana siguiente volvió al colegio y gracias a Dios no ha habido más accidentes y sus maestras lo han felicitado por hacerlo tan bien!

Contratiempos: Hoy nos despertamos con Andres Ignacio llamándonos desde su cuarto avisando para ir al baño… mi pobre nené tenía diarrea e incluso así avisó… Pasó el día con un Pull-Up que no le dan la sensación de pañal y me tiene a mi reiterándole a cada rato que los usa sólo mientras está enfermito! [yo sé, tengo que dejar de hablar en diminutivos… El Pull-Up siempre estuvo seco…

Prueba superada!

Los aprendizajes: Dejar los pañales es un gran paso para nuestros hijos pero también para nosotros los padres. Confieso que ha sido de las situaciones en las que me he sentido mas vulnerable, con menos información y hasta con menos instinto. Siempre me consolaba la idea que vivimos en un mundo en que, más temprano o más tarde, dejamos de usar pañal.

Creo que hay que afrontarlo como cuando nos quitamos una curita, hacerlo de una vez esperando que así sea menos difícil.

Luego de tanto gustarme ver a Andres Ignacio en pañales, admito que se ve igual de lindo con sus interiores de muñequitos!

Es una experiencia que me ha hecho sentir muy mamá: llena de orgullo por haber superado obstáculos, dándole mucho amor a mi chiquitín, guiándolo para que logre por él mismo un gran paso en su desarrollo…

Es oficial, Andres Ignacio no usa pañales…

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