El domingo terminaron nuestras vacaciones en Caracas: Andres Ignacio, Eugenia y yo nos escapamos del frío a estar con la familia aprovechando que Andres tenía 2 semanas intensas de postgrado.

Eso significa que viajamos en la modalidad «un adulto con 2 bebés», dos bebés porque Andres Ignacio puede que sea grande para muchas cosas pero a la hora de viajar sigue entrando en la categoría bebé, menos bebé que Eugenia, pero bebé al fin.

Este es mi tercer trayecto de viaje sola con mis Pirulingos en el último mes y medio, por eso me siento con suficiente experiencia para compartir los aspectos más resaltantes de esta modalidad de viaje:

** El equipo de viaje consiste en un adulto llevando: 2 bebés, un coche, un cargador tipo canguro, una cámara, una cartera y una pañalera. Ambas, cartera y pañalera, suficientemente pesadas debido a todos los implementos, utensilios y juguetes necesarios para afrontar las 5 horas de vuelo + las esperas en el aeropuerto.

** En las mejores situaciones iba yo caminando con Andres Ignacio a mi lado (o 10 metros más adelante corriendo y regresando varias veces) empujando el coche en el que Eugenia iba tranquila. En situaciones intermedias llevaba a Eugenia en el canguro y a Andres Ignacio en el coche. En situaciones extremas tocó llevar a Eugenia en el canguro, cargar a Andres Ignacio con un brazo y con el otro levantar y doblar el coche para pasar por el chequeo de seguridad (gracias Baby Jogger por el coche City Mini tan liviano y TAN fácil de cerrar!).

** Para los que se están preguntando si los niños también se deben quitar los zapatos para pasar por los chequeos de seguridad (los, en plural, porque volamos con American Airlines y es la única linea que hace un segundo chequeo antes de abordar el avión!); la respuesta oficial es no, pero la respuesta final es SI porque a mi niño de 2 años le pareció un exitazo eso de ver a todo el mundo quitándose los zapatos y quiso unirse eufóricamente a la movida, y créanme que en esos momentos era más sencillo quitar y poner zapatos y que mantuviera el buen humor, a dejárselos y arriesgar que lo perdiera!

** No existe aquello de “un momentico” voy al baño o “voy rapidito” a comprar un agua, dar dos pasos o mil igual significa agarrar todos los peroles, montarme a Eugenia, meter a Andres Ignacio en el coche, agarrar la cartera… etc, etc…

** Cuando uno viaja en esta modalidad es imposible no percibir la mirada de la gente. Una mirada de “esta pana si esta loca” o a veces ” wow! que le habrá pasado para TENER que hacer esto”… Y si llega a haber algún intercambio verbal con alguien, el común denominador será la frase “tu si eres valiente!”.

** El ser humano puede igual engañarse de diferentes maneras, como por ejemplo yo comprando 2 revistas en el primer kiosco disponible… Para leerlas cuándo? Cómo?

** A toda costa se debe evitar que los niños duerman en la espera en el aeropuerto, sólo así se podrá garantizar momentos de siesta en el avión: no siempre lo logré, hubo veces que el sueño pudo más que mis juegos y canciones… Pero no tengo cómo agradecer a Samuel, el niño de 5 años que logró que Andres Ignacio no se durmiera justo antes de abordar el avión y por lo que luego durmió 3 de las 5 horas de vuelo!

** Según mi experiencia al menos 3 pañales deberán ser cambiados durante el trayecto de 5 horas… algunos pude hacerlos en el cambiador del baño, otros me tocó hacerlos rápidamente sobre mis piernas.

** Son productos indispensables: juguetes favoritos, DVD portátil (cargado!) y películas favoritas, vaso anti derrame, merienda, cuentos infantiles, papel y colores… Y mucha flexibilidad para poder alcanzar y sortear todos estos elementos en el limitado espacio que ofrecen los asientos de avión.

** Que tu bebé le pele el diente con una sonrisota a todo el que le pase por al lado y se gane a todo el personal del vuelo como para que la quieran cargar por turnos acumulando al menos 30 min… no tiene precio.

** Que el último vuelo no viniera lleno y tuviéramos la fila de 3 puestos para nosotros y que en un momento coincidiéramos en una siesta los 3 por casi 45 minutos, tampoco tiene precio.

** Premisa para el viaje de ida: espera lo peor y te sorprenderás con cualquier acontecimiento favorable!

** Premisa para el viaje de regreso: visualiza los felices momentos vividos en las recién acabadas vacaciones y respira hondo… mañana será otro día!

Finalmente no puedo negar que los Pirulingos se portaron como unos príncipes y que la pasamos muy bien!

Ahora estamos felices de estar de nuevo en nuestra casita, con Andres que nos hizo mucha falta y nos recibió con flores y mucha alegría de vernos!!!

Publicado el 24 de enero de 2012