Esta semana estoy “home alone”, Andres se fue a Amsterdam por el posgrado que esta haciendo y me quedé sola en la casa… sola? sola no, ya no me quedo sola, tengo mis garrapaticas que me acompañan a donde quiera que voy: Andres Ignacio, Eugenia y yo somos inseparables!

Pero me siento “home alone”, como que la casa es para mi y puedo hacer cosas que normalmente no hago… como que tengo “permiso”. Aunque si lo pienso bien, el 80% de mi día es igual si Andres esta o no, claro que la mañana y la noche cambian si él llega (abre la puerta y grita “quién llegó, quién llegó, y Andres Ignacio deja lo que este haciendo y gritando de la emoción sale corriendo a buscarlo… lo hace desde que estaba súper chiquito, antes de caminar gateaba, y antes de gatear se quedaba donde estaba aplaudiendo o moviéndose claramemnte emocionado; así que puede que pronto Eugenia se una a la celebración de la llegada de Papito!) pero la diferencia es más sentimental por lo que técnicamente no me debería sentir así.

Así cómo?

– Como que no me provoca hacer la cama: cuando la que hace la cama soy yo y a la que le gusta hacer la cama es a mí!

– Como que puedo dormir más: cuando no es precisamente Andres el que condiciona que yo duerma menos.

– Como que puedo pasar en pijama todo el sábado: eso sí, ahí sí importa que no esté, pero igual a estos Pirulingos hay que sacarlos a pasear así que…

– Como que puedo echarme a ver una película y comerme un pote de helado: cuando eso lo puedo hacer con él, es más, sería más rico si vemos la película los dos y de paso Andres prepara los mejores helados!

Pero la sensación está, seguimos nuestra rutina, hacemos lo de siempre pero igual está… debe ser un remanente de mi época de quinceañera, de esa sensación de libertad que se desataba cuando un adulto se iba de la casa, quién sabe…

Andres regresa el domingo, vamos a ver qué le inventamos durante la semana para su “bienvenida”, mientras tanto pretendo aprovechar, aunque sea algunas noches, y darme el gusto de dormir con mis 2 Pirulingos en la cama, acurrucados los 3, justicos en el espacio de nuestra ahora “estrecha” cama queen.

Si nos gusta demasiado lo repetimos cuando Andres regrese, y aunque quedemos apretados, lo incluimos en el plan…

Publicado el 20 de septiembre de 2011